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R E S I L I E N C I A

El momento crucial, donde te puedes jugar el futuro.

En este encierro voluntario has visto y seguramente vivido grandes cosas como estar con tu familia, manejar tu agenda, descansar de más, dormir la siesta, leer los libros que tenías pendientes, gozar a tu esposa, reír, jugar y bromear con tus hijos, reconocer a tu familia, generar comunidad, te ejercitas bajo rutina y te pides más cada oportunidad, tiempo para la abuela y para los amigos, haz hecho pasteles, arreglado los detalles descompuestos en casa, ¡todo el día en short o en pijama!

Ver películas viejas y ver películas malas, verlas solo y a cualquier hora y verlas con tu familia o solo con una hija, sacaste al perro a pasear, o ¿él a ti?, le enseñaste una nueva pirueta, ¡¡¡parece que te obedece más!!! Una cerveza en martes con botana a medio día, sentado en el jardín, descubres que hay que resanar donde la humedad ¡descarapeló la pared!

Te das tiempo para las noticias y te angustias, sigues viendo las noticias y generas un criterio, vuelves a ver las noticias y prefieres pensar, pensar y te quedas dormido, y no importa, tienes tiempo para pensar y acabas soñando despierto, usas tiempo para pensar y te regresó lo realista pesimista, tienes tiempo para pensar y te gusta tu futuro, usas tiempo para pensar y te levantas para convertirlo en acción, te das tiempo para reflexionar y hasta haces una oración, quieres pensar y acabas orando…

Inviertes tiempo para buscar soluciones y acabas encontrándote a ti…Ya piensas en el regreso, otra vez tienes suficiente energía y motivación, la vida ha vuelto a ser un reto, agradeces este tiempo y te reportas listo.

Te has transformado, ya quieres conocer la “nueva realidad”, sientes intriga por conocer lo que cambió, tus compañeros, tu jefe, el mercado, las oportunidades, tu espacio…

Cambiaste queriendo y sin querer, cambiaste y no supiste cómo, y así fue, sin darte cuenta, sin prisa, con pausa…a fuego lento.

Te descubriste como persona, con gran inteligencia y con gran voluntad, el optimismo ya es parte de tu personalidad otra vez. Aprendiste nuevas cosas, te probaste en nuevos escenarios: en la sobremesa de la comida, en una hora más de sueño, a tus hijos les gustó tu visión de trabajo en equipo – que aprendiste en curso de desarrollo gerencial – que aplicaste jugando Jenga, hablando de la vida con tus hijos jóvenes, dando consejos al hijo que está por casarse, poner música y sacar a bailar a tu esposa en la sala, cantar completa tu canción preferida, aprendiendo 30 palabras de tu otro idioma favorito, intentaste amar más y lo lograste, descubriste que eres gracioso y divertido ante tu familia… vuelves a gozar de tu esposa y estar enamorado de ella, tus hijos son gladiadores y grandes soldados…

Todos ellos también libraron una gran batalla… aprendieron a ser mejores hermanos, entendieron la paciencia, la tolerancia y la solidaridad fraterna… volviste a ver su sonrisa confiada cuando te vieron abrazar y besar con cierta pasión a tu novia esposa.

Has crecido y eso te hace bien, eres un nuevo tú y eso es bueno… hiciste lo que tenías que hacer.

¿QUÉ SIGUE?

Librar la batalla de la nueva realidad y no permitirte relajamientos, la nueva realidad seguramente conquistarla costará sangre sudor y todo tu esfuerzo.

Lo que se logra también se pierde, ve al espejo de vez en cuando y no vuelvas a perder esa cara llena de paz y esperanza.

¿Te das cuenta que tu libertad la ganaste en el encierro?

¡ERES RESILIENTE!

Autor: MDOH Edgar O. Pérez Navarro. Coach, consultor y capacitador. Con más de 27 años como conferencista reconocido en temas de desarrollo humano. Hace 6 años tomó como reto personal profundizar en el tema de resiliencia personal, conyugal, grupal y organizacional. Creador de cursos presenciales y por línea en este mismo tema. Actual Director del despacho Reacción en Cadena.

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