Uno de los objetivos empresariales y organizacionales más buscados y en donde muchos recursos son invertidos es en la simplificación: administrativa, estructural, comunicación organizacional, procesos contables, información financiera, ingenieriles, burocráticos, marcas, culturas y un largo etcétera.
Siempre serán bien valoradas y acogidas todas las iniciativas que simplifiquen las cosas, hasta en el hogar, las mamás y papás buscan el minimalismo, lo simple, fácil y bello, hasta en la convivencia familiar se usan dichos o slogans simples que muestren todo un fondo en forma breve, simple y adecuado, ¿quién no ha escuchado el “breve y conciso”, “un lugar para cada cosa y cada cosa en su lugar”, las 5 S´s, las 4 P? y así muchos más ejemplos.
Es una idea que requiere reflexión, ¿el líder puede ser simple?, la capacidad de influir, inspirar, convencer, formar, promover y formar ¿será algo simple? ¿O la simplicidad se refiere a una característica que el líder está invitado a desarrollar y sumar a su personalidad?
En nuestro léxico cuando calificamos a alguien de “simple” muchas veces nos referimos a la poca capacidad de mostrar algo esperado en su decir o actuar, simple es el torpe, el que dice poco y hace menos, el no atinado…el ingenuo, el manipulable, falto de fuerza en el carácter; por supuesto que esto no lo deseamos y jamás reconoceríamos en un líder.
La simplicidad tendrá entonces que hablar de algo más profundo y noble. Que tal entonces si al profundizar en la competencia simplicidad habláramos de una persona que posee y muestra al relacionarse:
Un carácter natural y recto
No conoce el disfraz ni desea usar la malicia, la doble intención
La persona con simplicidad es honesta, muestra su personalidad de forma clara, sin disimulo
Es cordial, se ofrece y entrega sin reservas a los que le rodean promoviendo el mismo comportamiento de parte de los demás
He reconocido muchas personas, jóvenes, hombres, mujeres y personas mayores de corazón y pensamientos limpios, bien intencionados, optimistas y esperanzados, con la mirada limpia y su trato de iguales, difícilmente se ufanan y menos ven a los demás por arriba del hombro, ¿puedes recordar a alguien así?, estoy seguro que sí. ¿Viven la simplicidad?
En estos tiempos de incredulidad y que tan bajo están los conceptos y bonos de los pseudo llamados líderes: jefes autoritarios, mal humorados y con poco o nada “don de gentes”, políticos que solo sonríen cuando piden el voto, prometen, mienten, manipulan y nunca regresan o hacen algo serio por validar tu favor por ellos, personas con poder en cualquier oficio que son capaces de dejarse llevar por el dinero, poder o fama. Insisto:
¿cobrará importancia y tendrá sentido ser o seguir un líder con simplicidad? Sí los hay y muchos, pero no son la mayoría ni la generalidad.
El líder con simplicidad busca romper el paradigma respeto – miedo tan usual por el de confianza – seguridad, quiere ser depositario y ejercer la reciprocidad, promueve desde su saludo el ser fraterno, igualitario, estar para el otro y estar abierto a la escucha y el diálogo.
No es una persona con baja estima, al contrario, es tan alto y claro su auto concepto que lo reconoce en el otro, tanto que no pretende cambiarlo por imposición, su estrategia en convencer y promover.
Su apertura es total, ya que es una persona libre, sin exclusión y con intereses auténticos.