Hablábamos en un escrito anterior de las cualidades de un líder que poseyera la simplicidad en su ser y hacer, nos preguntábamos si un líder, para lograr ejercer su poder e influencia sobre los demás ¿la simplicidad podría ayudarle?
Yo estoy convencido de que sí. En las organizaciones además del enfoque a resultados se está significando la necesidad de promover una cultura de pertenencia y acogida que al final de cuentas impacte en índices productivos como baja de ausentismo, accidentes, rotación y aumento del trabajo colaborativo entre otros.
Para las empresas el poseer una cultura que sea atractiva y que retenga a sus trabajadores y los mantenga en un contento y orgullo de pertenencia es sin duda, una ventaja competitiva. El trabajo lo encabeza en diseño las áreas de RRHH, pero en su aplicación los líderes de cada área y departamento son los principales protagonistas que hacen vida con su hacer y su forma de ser con el otro este cometido.
La cultura organizacional integra la vivencia de valores, las buenas prácticas hacia el desarrollo humano integral y ahora, con mucho escepticismo para algunos, la construcción de un ambiente de trabajo donde se perciba y sienta la felicidad. Solo sintiendo la felicidad, el sentido y la motivación es como nace el compromiso, el enamoramiento y el sentido de trabajar para una organización.
Una de las cualidades más importantes de quien posee la simplicidad es la natural inclinación en su trato a la fraternidad y a la invitación a formar comunidad.
Esto incluye la inclusión y la aceptación de la diversidad, cada ser humano es quien es y no impide el ser aceptado y querido como parte del todo. Sentirse aceptado y querido genera el compromiso personal, sentir que la valía por lo que se es y aporta genera sentimientos de pertenencia a algo más grande que él mismo. Lo coloca en estatus diferente, valioso y agradable.
Cada día hay más estudios en donde la falta de vivencia y congruencia de una cultura dentro de la organización es el principal factor de crisis de identidad, pérdida de valores y donde se hace evidentes el abuso de poder y la imposición de las estructuras inflexibles.
El líder con simplicidad genera fraternidad, no solo en los eventos extraordinarios o reiterativos como los festejos de cumpleaños o algunos incentivos como permisos o bonos extras, poseer simplicidad significa vivir en lo cotidiano el encuentro con los demás, ir en la búsqueda del otro para darle seguimiento, para conocerlo y entender su realidad. Qué importante es la presencia del líder en cualquier momento, en lo ordinario y cuando se considera necesario.
El líder simple hace sentir que las estructuras no son lo esencial en el grupo de trabajo, rompe con los fantasmas de la división del trabajo y tipos de trabajadores, su trato entre iguales minimiza las diferencias económicas por el lugar que ocupan y las responsabilidades, ofrece igualdad y evita la marginación.
Se lee llano, pero la simplicidad estimados amigos, evita en mucho las crisis existenciales que todo trabajador tiene gracias a su posición y papel en empresa, el individualismo se torna en colaboración, la competencia a veces exagerada entre las personas amaina y el éxito se comparte en lugar de cumplir su odiosa tarea de deshumanizar.
Y por cierto, el líder con simplicidad es simplemente exigente en justicia y no quita ninguna responsabilidad a cada cual.
Te sigo invitando a reflexionar sobre la necesidad de promover esta increíble cualidad entre el personal y los líderes de tu organización. Hay mucho más para hablar y practicar la simplicidad.